lunes, 6 de junio de 2011

Transit

En el aeropuerto de Chiang Mai me pusieron una etiqueta. No, allí no. Me dijeron cuando me la fui a poner en el pañuelo de rayas azules que llevaba en el cuello. En el pecho, en la camisa. Se tiene que ver bien. Esa etiqueta marca que solo haces tránsito en Bangkok. Se pasa el control de inmigración allí mismo y se embarca por otra puerta diferente. Y la llevé. Y luego la dejé. En el avión de Bangkok a Madrid. Pegada en una revista. Y ahora me la quiero poner otra vez. Una pegatina. O mejor, un tatuaje. Pero sin iniciales. Solo dos palabras: en tránsito. Sí, en el pecho, pegado al corazón.

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