miércoles, 3 de marzo de 2010

Con sentido y sensibilidad

INVICTUS  de William Ernest Henley

Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he lamentado ni he pestañeado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de cólera y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma.




2 comentarios:

PHAROS dijo...

soy el amo de mi destino

ASTEROIDE B 612 dijo...

Ya no tengo veinte años para seguir creyendo en eso. Sería bueno que fuera así.