domingo, 28 de febrero de 2010

Sellos


Tenía las yemas de los dedos desgastadas, desgastadas de masturbarse, desgastadas de dar vueltas a la rueda de su ipod, desgastadas de sobar las sombras para pintarse los ojos de guerrera. 


Fue al baño del bar y cuando puso sus manos debajo del grifo, no salió agua. Algo pasa. 


Se fue a casa y llamó al ascensor. Tampoco obedecía a sus dedos. Necesito un médico. 


--Se han borrado sus huellas dactilares, están emborronadas-- le dijo con tono grave --¿Quién es usted?


No dijo nada. Sentada en un sillón de escai gris observaba las palmas de sus manos, abiertas, absorta en sus líneas, en el tono de esa voz. No le gustaba esa voz.


--Me temo que ha perdido su identidad. Se han difuminado sus líneas.

1 comentario:

PHAROS dijo...

HA PERDIDO SU IDENTIDAD SI, PERO NO SUS VIVENCIA, PERO NO SU ALMA, PERO NO SU PASADO,

HA PERDIDO SU IDENTIDAD CON LOS DEMAS

BESOS