sábado, 18 de abril de 2009

Vía Hispanidad

Eran las cinco y media de la mañana. No había nadie en Vía Hispanidad. No había coches, no había personas, no había ruido, no había nada. Parecía que no había nada. Parecía una vía diferente a la que él conocía. La otra, la ruidosa, era vulgar, la de todos... sucia y lejana. Esta otra vía, la de madrugada, era silenciosa, suave, íntima... era sólo suya.

Tenía los tres carriles enteros para él, para caminar sobre su asfalto. Y se puso a caminar por el central. Se quitó los zapatos y los calcetines. La luna estaba menguando, pero se veía grande, preciosa detrás de dos nubes, justo enfrente de él, al final de Vía Hispanidad, esperándole. El seguía caminando. Los semáforos cambiaban de color. Los bancos de madera le escoltaban firmes sin moverse. Las farolas marcaban su camino. Sólo tenía que seguirlas. Seguir la luz, seguirlas hasta llegar a su destino, a la luna, al final de Vía Hispanidad.

Se quitó la chaqueta, luego el jersey, la camisa. Lo fue dejando en el asfalto. El asfalto acariciaba su caminar, recogía sus pertenencias, y le dejaba libre. Estaba limpio, frío de la noche. Se quitó el pantalón, el calzoncillo. El seguía caminando. Levantó los brazos en cruz, y abriendo sus manos con las palmas hacia el cielo, saludó a la luna, cerró los ojos en señal de respeto y amor, y lo vio. Y lo sintió. Y lo entendió todo. Entendió por fin quién era. Entendió por fin que él era ese asfalto, que a veces estaba tan transitado y cálido, y otras era apenas pisado, pero virgen, puro y calmo. Entendió por fin que él era ese camino, esas luces que se encendían y se apagaban. Entendió por fin que nunca llegaría a la luna porque la luna ya estaba en él.

Llegó al final de Vía Hispanidad, y se dio cuenta de que no había caminado hacia el final de la calle, sino hacia el principio. 

Eran las cinco y media de la mañana. No había nadie en Vía Hispanidad. 

3 comentarios:

ASTEROIDE B 612 dijo...

Lo que puede dar de si un banco, una farola, o un paseo por un lugar conocido en un momento único. Puro y calmo, no se llega al final sino al principio. Precioso, Paloma, precioso.

PHAROS dijo...

AHORA VIA HISPANIDAD ES PALOMA

wallander dijo...

¿Dónde empieza y dónde termina esa gloriosa y querida Vía? Aunque no lleves calzoncillos (perdón) esa Vìa eres TU...