sábado, 25 de abril de 2009

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Un punto. Sólo había un punto de más. 

Quizás ni se había dado cuenta, y se le había escapado al escribir. Pero no, sabía que ese punto podía significar todo. ¿Cómo algo tan minúsculo se podía atrever siquiera a sugerir tan distinta percepción?


Un punto podía ser el universo, o podía ser un agujero negro, una estrella o una gota de agua, un grano de arena, un hilo de luz, un pájaro visto desde la distancia... Eso era, la distancia, como no se había dado cuenta antes... Esa era la variable que hacía que todo cambiara. Pero ¿cuál era la distancia correcta? ¿A qué distancia situarse? ¿Existía acaso una altitud y una latitud precisa? 


Un punto era su pezón, cuando lo rozaba y se hinchaba, y lo besaba y se hacía más grande, y se separaba del pecho y se endurecía, cambiando de color, firme, desafiando la gravedad. Un punto era ese pequeño montículo en su piel, cuando le daba un escalofrío al pasar su aliento por su cuello. Un punto era el final de su lengua cuando recorría la piel de su boca explorando sus abismos. Un punto era ese agujero negro, ese hueco, dentro de ella, que él a veces habitaba. Un punto era la pupila de su ojo, cuando él abría los ojos, y ella los cerraba.


Un punto podía ser negro, azul, rojo, o verde, o rosa. Pero este punto estaba escrito con tinta negra.


Divisó un punto amarillo en el mar. Era una boya, una señal puesta para orientar a los navegantes. Tenía una posición precisa, a doscientos metros de la costa, a doscientos metros de la siguiente boya. Pero ¿él? ¿dónde posicionarse él? ¿Acaso ese punto, su punto, podía ser una señal de peligro? ¿Podía significar un cambio de dirección, una barrera, un escudo...?


No, un punto es la expresión mínima. No tiene altura, ni longitud, ni profundidad. Un punto es solo. Y está solo. Un punto no delimita con nada, porque no se toca con nada, es la soledad. No tiene fronteras con otros puntos porque a su alrededor sólo hay vacío. Un punto está solo. Y quiere estar solo.


Un punto seguido. O un punto aparte. 

O quizás un punto de unos puntos suspensivos... suspensivos.... 

2 comentarios:

wallander dijo...

Perfecta tu condición del punto. Desde la nada, desde la insignificancia hasta la brújula
salvadora del perdido en la inmensidad del océano o estan cias del placer amoroso del amante. Magnífico.

PHAROS dijo...

un punto como el circulo perfecto se cierra en si mismo

pero lo importante es el punto y aparte dejemos de la lado ese odioso punto que venga las comas los interrogantes las exclamaciones y todas las formas de union entre ese ya olvidado punto con las comas
jjaja
un beso