domingo, 18 de enero de 2009

Misa en Roncesvalles

No sé si existes, y si existes, sé que te daría igual cómo te llamáramos, Dios, Jesús, Buda, Alá o Uno.
Pero lo que sí que sé es que, si existes, eres amor.
Y amor es amor.
Es abrir tu casa.
Hoy en la misa de Roncesvalles, en ese sitio mágico, lleno de peregrinos de múltiples nacionalidades y seguro de diferentes religiones o de ninguna religión, si hubieras estado allí, te habrías reído, nos habrías abrazado a todos, nos habrías abierto la puerta e invitado a todos a entrar, independientemente de nuestro color o de nuestro credo, indiferente a nuestro país de nacimiento o a nuestro atuendo.
Esta tarde todas las personas que estábamos allí estábamos buscándonos, buscándote.
Y hemos llegado y nos ha recibido un señor vestido con una túnica blanca y una cara muy seria. Cuando ha empezado a hablar en otros idiomas, ha sido sólo para advertir, o mejor dicho, para amenazar a los peregrinos o demás personas que estábamos allí, de que no se nos ocurriera comulgar a no ser que estuviéramos convencidos de nuestra fe en un Dios católico y apostólico, y de que estuviéramos en paz contigo.
No he pasado. Nunca paso. Y sin embargo te siento, pero no en la iglesia, también en las mezquitas y en los templos hindúes, en los templos sikhs y en las pagodas budistas, en las pirámides y en las montañas, en el mar y en el cielo, en las personas que voy conociendo y en las que se van yendo…
Hoy en la misa había un niño pequeño que también quería pasar a comulgar, lloraba, y le decía su padre, no hijo, no, tú todavía no puedes. Estoy segura de que si hubieras estado le habrías dado también la comunión y habrías hecho una gran fiesta.
Miro los pies, todavía con las botas nuevas, y seguro que con los talones todavía finos y dedos sin ampollas.
Miro las caras, con las miradas fijas en la virgen, y con tantas preguntas.
Observo, observamos, sentimos. Sentimos que ya estamos dentro, que ya estamos en el camino.
Todos tenemos una historia, todos tenemos un motivo.
¿Qué hacer cuando no se sabe adónde ir?
¿Qué hacer cuando se siente de una forma tan profunda esa llamada hacia no se sabe dónde? ¿Quizás hacia ti? ¿Quizás hacia uno mismo? Quizás es todo lo mismo…

1 comentario:

PHAROS dijo...

necesitamos a Dios porque el esta dentro de nosotros
un beso